Ya he hablado antes de esta serie, dramática y enrevesada como ninguna. Pero sin duda, esta escena merece una mención a parte. Está considerada como una de las escenas más vergonzosas y extravagantes de la historia de la televisón. A mí, personalmente, me parece una birllante a la par que horrible y hasta hiriente forma de resolver una trama.
Como los culebrones son mas escabrosos cuando los cuentas que cuando los ves, os pongo en antecedente para que podáis disfrutar al máximo de esta joya audiovisual: Dan (el señor del pijama) tuvo un hijo en la adolescencia del que se desentendió, Lucas (el que le mira con cara de hijo putilla al final). La relación padre/hijo es más complicada que nunca, pues Dan acaba de salir de la cárcel por matar a su hermano, que había sido como un padre para el chaval (de ahí la cara de hijo putilla). Ahora Dan espera un trasplante de corazón y coincide en la sala de espera con Lucas.
Y en medio de esta imposible situación familiar... el destino:
¿Como os quedáis? A mí me gustaría remarcar la cara de circunstancia de la enfermera, sin duda, el mejor trabajo de figuración del mundo.
P.D: El próximo seso sera uno de tiros y violencia, lo juro.