Sí amigos, voy con retraso en muchas cosas: En el blog, en mi trabajo de sociología, en mi salud física (y un poco en la mental)... Así que no critiquéis que actualizo un día tarde, si no en que a pesar de lo mal que voy de tiempo he conseguido hacer un hueco para actualizar.
Asimismo, implanto un nuevo paradigma en la sección de besos: Si actualizo con una Teen, es que voy chunga de tiempo y tiro de lo fácil, tenedlo en cuenta para un futuro.
Ante vosotros One Tree Hill, la serie de adolescentes en la que los protagonistas ya están casados, tienen hijos, triunfan en la vida... y siguen siendo adolescentes.
Esta escena en particular corresponde al capítulo más dramático de la serie: Cuando Jimmy Edwards, un personaje que tenían por ahí en reserva, saca una pistola y se lía a tiros en el instituto, cabreado porque no ha salido en toda la temporada. Una de sus balas, cargada con toda la ira del Geek, impacta en la pierna de Peyton, la guapa y maciza animadora (aunque con un complejo mundo interior digno de la misma Leonor Watling) que se esconde en la biblioteca con Lucas Scott (estrella del equipo de baloncesto y novio de su mejor amiga) que le promete que la sacará sana y salva del edificio...
Acabo de decidir que de mayor quiero ser guionista de series de instituto americanas.
Para los negados del inglés y los no tan negados (que los balbuceos emitidos por Peyton son muy dramáticos, pero difíciles de interpretar) aquí os transcribo la conversación:
Peyton: No es cristal, ¿verdad?... en mi pierna...
Lucas: No, es una bala. Voy a tener que sacarte de aquí, ¿vale?, pero no va a pasarte nada, te lo prometo.
Peyton: Siempre estas salvándome
Lucas: Alguien tiene que hacerlo.
Peyton: Si te digo que te quiero no te enfadas conmigo, ¿verdad? porque he perdido mucha sangre.... acércate (le besa) por si acaso no cumples tu promesa.