Ahora que Eclipse lo está petando, demostrando que la sociedad occidental está educando mal a sus hijas, yo propongo una alternativa más adulta y menos repelente (aunque más morbosa) para disfrutar del eterno romance vampírico que ya puso de moda Bram Stoker allá por 1897: True Blood. Para mí, la serie perfecta para ver en pareja, ya que ella disfrutará del romance y la tensión sexual, él de las escenas de lucha y violencia... y los dos de las escenas de sexo (que no son pocas).
Aquí os dejo el primer beso de la pareja en cuestión, cargado de tensión sexual y culminado en una pérdida de control por parte de él. Como veis, tiene todos los elementos de un primer beso entre un vampiro y una humana.